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El sueco Ingvar Kamprad, fundador de la mayor empresa productora de muebles del mundo, cuenta con una fortuna que supera los 65.000 millones de dólares, lo que lo sitúa como el quinto hombre más rico del mundo. Sin embargo, Kamprad ha llamado la atención de la prensa internacional por ser excesivamente tacaño.
Kamprad, de 91 años, nació en la provincia sueca de Smäland, una región agrícola ubicada al sur de Suecia, en una época de pobreza, escasez y arduo trabajo, condiciones que endurecieron su carácter y lo llevaron a crear su propia empresa a los diecisiete años.
Las carencias que vivió durante su infancia y su espíritu emprendedor lo motivaron a vender cerillas, decoraciones de navidad, postales y lápices a lo largo de su pueblo natal para hacer frente a la pobreza.
Cuando cumplió 17 años, su padre le regaló una pequeña cantidad de dinero por sus calificaciones en el colegio, monto que utilizó para ampliar su negocio de ventas e incorporó los muebles que los granjeros de la zona elaboraban a mano, esto con el fin de obtener ingresos extras. Así nació IKEA, un nombre que se debe a las iniciales de su nombre y apellido, a las iniciales de la granja y del pueblo donde creció.
En 1953 Kamprad organizó la primera exposición de productos y su éxito fue tal que el resto de vendedores de Suecia empezaron a presionar a los fabricantes para que parasen de suministrar productos a IKEA, ya que ellos podían vender productos de calidad a precios más bajos. Tres años más tarde comienza el diseño de muebles para paquetes planos y auto montaje, que ahora forma una parte ineludible del concepto IKEA. La apertura de la primera tienda en Suecia es en 1958 y dos años más tarde se abre el primer restaurante.
Desde 1958 hasta 1985, IKEA se empieza a expandir por Europa y en 1985 finalmente llega a Estados Unidos.
A pesar de su éxito y reconocimiento global, Kamprad es conocido por su tacañería. Suele viajar en clase económica, se hospeda en hoteles sencillos, condujo hasta hace pocos años un viejo auto Volvo y solo va a la peluquería cuando viaja a países del Tercer Mundo.
Este multimillonario confesó además a un programa de televisión sueca que toda su ropa era de segunda mano, como una buena forma de dar el ejemplo sobre la importancia de ser austeros y llevar un estilo de vida humilde.
Este modo de administrar sus recursos también le ha hecho merecedor de críticas en su país, ya que en 1973 trasladó la sede de IKEA a Dinamarca para evadir los impuestos del gobierno sueco y fijó su residencia en Suiza con el mismo fin.
En la actualidad, la sede de la compañía está en Holanda y es manejada por los tres hijos de Kamprad: Peter, Jonas y Mathias, quienes hacen frente al retiro de su padre de la empresa para disfrutar de sus últimos años a plenitud. Eso sí, manteniendo siempre su estilo de vida austero.
¿Qué opinas sobre la tacañería de este multimillonario? Nos encantaría conocer tus impresiones en nuestra sección de comentarios.
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Redacción Optima 2017
Fuente: Libremercado, ABC
