Todas las empresas u organizaciones tienen ingresos y egresos de activos en un tiempo determinado. Este comportamiento o flujo de caja es el que permite determinar cuáles son los riesgos asociados a estos movimientos y como sobrellevarlos.
Al conocer los riesgos, la organización puede mantener un margen adecuado de productos y servicios haciendo que los activos roten con suficiente velocidad.
De esta forma, el dinero podrá salir de la compañía y regresar a tiempo para poder reinvertirlo y cubrir obligaciones, sin poner en riesgo ningún elemento de la empresa o su capital.
Es muy importante diseñar una estrategia que permita manejar de forma correcta el flujo de caja.
Si has detectado algunas fallas o riesgos potenciales en el flujo de caja de tu empresa, aquí te dejamos algunos pasos muy útiles para que organices una mejor estructura.
Pasos para organizar tu flujo de caja
Posponer el desarrollo de nuevos productos: es mejor ser prudente y congelar las nuevas inversiones. Lo mejor es dirigir el esfuerzo a lo que actualmente ofreces.
Concéntrate en tus clientes actuales: concentra esfuerzos en tus clientes actuales, son quienes te conocen y es mucho más fácil llegar a ellos. Pospón la captación de nuevos clientes hasta que te estabilices.
Atención al inventario: manejar adecuadamente el inventario es crucial para mantener el movimiento o flujo de caja. Se deben eliminar aquellos productos que tengan poco movimiento y representen poco margen de utilidad.
FUENTE:ESAN.EDU.PE
Aumenta la productividad laboral: a mayor rendimiento menor será el costo laboral y se verá reflejado en la calidad de las actividades. Elimina cargos innecesarios, quizás estas actividades puedan ser asignadas a otra persona por un costo global menor.
Manejo de las cuentas por cobrar: optimizar este proceso es crucial para mantener el flujo de caja. Es fundamental fijar las condiciones de crédito para los clientes. Además presta atención a la emisión de documentos legales (factura comercial o letras de cambio) que respalden el crédito y sean válidos a la hora de tener que tomar medidas extremas en la cobranza.
Controlar las salidas de efectivo: identifica gastos innecesarios y trata de eliminarlos. Aprovecha las ventajas de crédito que ofrezcan los proveedores y trata de sincronizar los pagos con los cobros. Revisa cuidadosamente gastos de comisiones, reembolsos y viáticos.
Planifica: elabora un presupuesto proyectando gastos futuros, desembolsos e ingresos.
Ser acucioso y detectar con anticipación los potenciales riesgos en tu flujo de activos líquidos, te ayudará a tener una actitud previsiva y no reactiva, lo que influirá positivamente en el desarrollo de la empresa y en el beneficio directo a tus empleados.